" TRAS LOS PASOS DE JOAQUÍN DE ALMEYDA " Novela, grupo editorial MESA REDONDA

OCTUBRE OCTUBRE OCTUBRE OCTUBRE

sábado, 17 de septiembre de 2011

Abigail La Fontaine II

Entiendo porque te fuiste
sin avisar,
sin escribir una nota como solías hacer cada vez que ibas al mercado
cada vez que salías sonriente y decías: “con este platillo sí te conquisto”
pero ahora lo sabemos
tanto tú como yo
no pude amarte
como amé tus platillos de olores y sabores insuperables
pero te extraño
a veces deseo escribirte o llamarte
pero me vence el temor que no me contestes
y que a estas alturas ya me odies por no haberte amado
por haberte dicho que estaríamos juntos aun asi no cocinaras bien
lo siento
no cumplí con mi parte del trato
llevo en el recuerdo tus manos claras, suaves y con esa destreza para manejar los cuchillos
tu mirada y tu sonrisa y esa forma de atenderme
te extraño…
Intenté no extrañarte y no pensar en ti
intenté desaparecer y conseguir nuevos amigos
intenté probar comidas que no me recordaran a ti
intenté
intenté refugiarme en los cuadros de Szyszlo
pero sus pinturas abstractas me recordaban a la forma como decorabas los platillos…
Decidí salir
decidí ir a un lugar lejano donde no me conocieran
decidir ir a un lugar donde no me conocieran pero si me saludaran
ir a uno de esos lugares donde sin importar quién eres te saludan
eso hace mucho bien
lo conseguí
fue un lugar donde se sentía mucho frio
y tuve que comprar una bufanda y un sombrero por recomendación
también tuve que comprar un abrigo que cubrieran mis rodillas que ya las tengo a la mala
estuve viviendo en una pequeña quinta
intentando escribir
intentando no pensar en tus platillos
intentando que el frio no calara en mis jóvenes rodillas
intentando no comer más sopas instantáneas
intentando encontrar alguien que salve mis noches de frio
por las mañanas compraba el pan
lo compraba caliente con ilusión
pero llegaba frio
lo intentaba calentar como me enseñaste pero no tenia éxito
debe ser por tus proféticas palabras: “Eres un cero a la izquierda en la cocina”
y a demás decías: “Sal de mi cocina y mejor dedícate a leer tus libros que para eso creo que sí eres bueno”…
Déjame contarte de la pequeña quinta donde viví
tiene unas rejas negras en la entrada
son unas rejas imponentes bien cuidadas
y el casero ya de edad avanzada dice: “Al hombre se le conoce por la puerta de su casa”
el casero es una persona amable
al parecer le caigo en gracia
porque me habla de Vallejo todo el tiempo
y me cita frases que me encanta escuchar aun asi no estén bien citadas
tenemos en común dos cosas
el gusto por Vallejo
y las rodillas a la mala
perdona seguiré con el relato
hay cinco casas todas pintadas de blanco
un blanco puro, limpio
un blanco como el que sueñan las novias el día de su casamiento
no soy ajeno a sentir desagrado por algunas personas
tres de los inquilinos no son de mi agrado
y no hablare de ellos
pero diré en mi defensa que no me agradan porque no les agrada Bryce
eso es todo lo que diré
de la que si te debo contar es de la mujer y su pequeño hijo del 03
ella es enfermera
siempre me sonríe cuando coincidimos en comprar el pan
no sé si ella sabrá calentar el pan como tú lo hacías
pero eso es otro tema
me simpatiza su pequeño hijo
el tiene el cabello delgado, lacio y castaño
su cabello es un gran marco para sus ojos verdes
debo contarte que son ojos verdes especiales
algunos domingos hemos conversado
me preguntaron qué hacia: “Les dije intento escribir”
y ella dijo: “…oosea eres escritor”
yo conteste: “no, sólo intento escribir”
y ella dijo: “…y que significa exactamente eso”
y yo no conteste más
al contrario les conté a manera de confesión que estaba huyendo
entonces ella me miro fijamente como para seguir con la historia
asi que mando a su pequeño hijo de ojos verdes especiales a jugar
y le conté:
Hace un tiempo conocí en un bistró a una hermosa mujer
ella vestía un abrigo oscuro
tenía el cabello recogido y fumaba un cigarrillo con filtro
sostenía el cigarrillo con sus manos claras, suaves
daba la apariencia de ser una mujer muy segura y de saber lo que quiere
yo estaba sentado en una mesa al frente
también llevaba un abrigo gris oscuro
y llevaba también doble pantalón porque las rodillas las tengo a la mala
ella sólo tenía un taza en la mesa
yo tenía un plato con un croissant
yo no tomo café a pesar que ese bistró es conocido por su café
parecía que ella estaba triste
sólo fumaba sin cesar
yo la miraba
y ella no me miraba
el mozo se le acercaba pero ella no contestaba solo asentía
a mí nunca me había pasado que una mujer me diga: “porque no me acompañas”
pero ese día de abrigos oscuros sucedió
la acompañé en su mesa
no me hablaba
sólo me miraba y fumaba
hasta que me dijo: “Si quieres podemos ir a mi casa”
me sorprendió y acepté
llegamos a su casa
una casa muy pequeña limpia y bien decorada
tenía en las paredes cuadros de bailarinas de ballet
y cuadros de mujeres donde se apreciaba solo la mitad de sus rostros
yo nunca antes me había ido con una mujer ni con nadie asi nada mas
esa noche conversamos
me invitó un café que tuve que tomar
me contó que quiso ser bailarina y que tenía un don especial para la cocina
yo le conté que intentaba escribir y que no tenía ningún don porque la rodillas las tengo a la mala
pero que si me gustaba paganini
ella sólo asintió con esto último
luego de esa noche
empezó un romance con ella
ella cocinaba muy bien pero muy bien
yo amaba y amo sus platillos
y ella se marchó porque no pude amarla
por eso huí
porque tuve miedo que ella con su gran destreza con los cuchillos
en algún momento me encuentre y me haga picadillos
tuve que huir porque si eso pasara yo no podría escapar porque las rodillas las tengo a la mala
por eso huí
ella me escuchó y me dijo es una historia extraña pero bonita
gracias dije
y son esas historias las que escribes e intentas escribir
no, le contesté
intento escribir sobre la revolución francesa
será una historia de un general que por venganza mata a centenares de pobladores parisinos porque una campesina no lo quiso
además este general es el brazo derecho de Luis XVI y ambos serán ejecutados en la guillotina
y en ese momento le pregunté: “Sabes de donde viene la palabra guillotina”
ella sólo movió la cabeza
y se lo conté…
Después de esa conversación
ella me invitaba a su casa desayunábamos, almorzábamos, cenábamos e íbamos al cine
las gentes pensaban que éramos una familia feliz
yo empezaba a creerlo también
algunas veces yo cuidaba a su pequeño hijo de ojos verdes especiales
cuando ella estaba de guardia
algunas otras veces lo llevaba a la escuela
ella se reía al verme con mi atuendo de mañana
es que vestía una chompa con rombos un pantalón grueso y un sombrero
ella decía asi te pareces a su abuelo
y cuando lo recogía el quería volver corriendo
y yo le suplicaba que no
porque las rodillas las tengo a la mala
él no entendía y me arrastraba
me gustaba pasar tiempo con ellos
pero decidí marcharme
porque ya no intentaba escribir
sólo intentaba estar con la enfermera y su pequeño hijo de ojos verdes especiales
y lo que yo deseaba era intentar escribir…
Volví al lugar donde crecí
advierto que ésta rima no la tenía en mente, sólo salió
volví a caminar por las calles donde antes caminé
recorrí lugares donde podía encontrar a alguien que me contara las últimas novedades
me alegró que no hubiera nadie
sólo vi a la mujer que había muerto antes de marzo
antes de las brisas de marzo
antes del agua helada de marzo
estaba linda
llevaba un abrigo negro
y unos lentes de carey negros también
me cubrí el rostro con la bufanda que llevaba y seguí caminando
porque aunque ella había muerto antes de marzo
no la puedo amar porque no sería legal no estaría bien
ahora que ya es de madrugada donde vivo por ahora
ya no intento escribir
sólo intento dormir y abrigar mis rodillas
porque las rodillas las tengo a la mala.